Kon
se encuentra con una niña muy solitaria llamada Miyuki. Miyuki extraña a
su mascota llamada Shintarō. Las cosas se complican cuando aparece un
hollow que resulta ser el propio Shintarō. Al final, Shintarō acaba
reconociendo a su ama y Rangiku termina por purificar a Shintarō.
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